Enfrentarse uno mismo a sus propios miedos puede resultar una tarea imposible de llevar a cabo; aunque sí es relativamente normal por las diferentes etapas en que uno la transcurre, pero, qué hubiera pasado si en el colegio (o nuestros padres) nos hubieran enseñado a no temer a los miedos?
Lo que creo, hay que enseñar desde chicos
Varias son las cosas que me hubieran gustado me las enseñen desde chica, muchas de ellas no significan que no me las hayan enseñado, varias de ellas las he aprendido porque mis padres me las han enseñado; pero a modo de componer y agrupar a todas en una misma línea, las puse todas juntas. En cada publicación iré compartiendo dos o tres, si a ti te surgen otras, por favor compártelas conmigo, de seguro a alguien más le puede hacer sentido. Aquí van las mías………
Empezamos con el miedo y la sed de cariño.
Este tipo de mensajes cuando uno los recibe a tiempo, impacta significativamente en la vida futura que será el adulto futuro. Haría que no nos desvivamos por “hacerlo todo bien” para conseguir cariño; pues generalmente de niños tratamos de hacer todo bien para que nuestros padres nos quieran y nos aprueben, para que en el colegio nos tengan en cuenta los profesores y nos acepten los compañeritos y así sucesivamente.
Pensamos que una cosa va con la otra, que para que nos quieran tenemos que hacer las cosas bien y portarnos bien; y terminamos trasladando toda esta ciega dependencia de “hacerlo bien para que me quieran o me acepten” al trabajo; a las amistades; a una relación inclusive, a toda nuestra vida. Y no sólo me detona esta reflexión; sino también: el cómo estamos hablando a nuestros niños y jóvenes?. Que mensajes les estamos transmitiendo con nuestras palabras y ejemplos?. Las palabras son poderosas, pueden construir pero también bloquear, anular o destruir.
Con la especialización del coaching que estoy haciendo, muchos de los pensamientos y convicciones que yo tenía van encontrando sentido, alentándome de cierta manera a que hoy me atreva a exteriorizarlos como lo hago en estos momentos. Hace que enfrente a mis miedos y sus variantes, al fracaso y sus torcidos mensajes; aunque siendo honesta y pese a sentirme más consciente de esto, aún me cuesta. Muchas veces me sentí boicotearme a mí misma incluso posponiendo el lanzamiento de mi libro; incluso con el hecho de salir al aire con los medios sociales. Imponiendo excusas que no son otra cosa que mis miedos a mis propios temores, miedo a mí misma, a lo que soy capaz de lograr.
No tiene nada de malo fracasar. Muchos grandes de la historia, del deporte y otros ámbitos fracasaron tantas veces antes de lograr el éxito. El basquetbolista Michael Jordan, hoy por hoy el mejor basquetbolista de la historia del deporte, no empezó siendo un exitoso, al contrario; cuando estaba en la secundaria su estatura no lo acompañaba como entonces, no llegaba a la altura requerida para ingresar al equipo de primera línea, por lo tanto no fue convocado, esto lo frustró tanto que corrió a su casa, se encerró a su habitación y rompió en llanto.
“Cada vez que entrenaba y me sentía cansado al punto de querer abandonar, cerraba los ojos y veía esa lista en el vestuario sin mi nombre en ella. Eso hacía que me dieran ganas de seguir entrenando”
Michael Jordan
O el caso de Steve Jobs, que no solo era un gran emprendedor debido a sus fantásticos inventos y que pese a ello, fue despedido de su propia empresa. Steve Jobs abrazó el éxito a sus 20 años. Cuando Apple se convirtió en un imperio masivo y Jobs rayaba los 30; la junta directiva decidió despedirlo. Sin dejarse abatir e intimidar por el fracaso, fundó una nueva empresa llamada NeXT, la cual posteriormente fue adquirida por Apple. Una vez que regresó a Apple, renovó la imagen de la empresa y la hizo crecer, dándonos eventualmente el iPod, MacBook, la tienda iTunes, el iPhone, el iPad, y así sucesivamente, transformando así la computación personal y multimedia.
Los fracasos son obstáculos en un camino muy largo que tienes que superar, y lo importante es lo que aprendes de él y la transformación que permites haga en tí. Se imaginan incluir esto en la enseñanza del colegio?!. Empezando por las cosas sencillas como cuando los chicos se aplazan o tienen complejos por su estatura y no logran ser parte del equipo de algo por ser “bajito”, o también lo inverso, tener complejos por ser más desarrollado físicamente que los demás. Ambos opuestos golpean la autoestima. Y un sin números de situaciones que de hecho se dan en la edad escolar, pre adolescencia y adolescencia. No significa que los padres desde casa no tengan trabajo que hacer al respecto, pero observo como estos nuevos tiempos ya no tienen compasión ni respeto por el espacio y desarrollo natural del ser humano como SER y considero que si trabajásemos juntos; colegio y familia, podría sobrellevarse con más fluidez el desarrollo natural de estos futuros adultos; más íntegros, más felices, mas curtidos para hacer frente a lo que venga; enseñando que el fracaso puede ser utilizado como un combustible para el éxito; que es normal que te haga sentir dolor, pérdida y hasta humillación; pero que en vez de dejar abatirte por él, sigas persiguiendo tu meta sabiendo que no sólo impactarás en tu vida, sino en la vida de los demás. Las cosas que hagas siempre impactan en los demás, aunque no te des cuenta.
Cariños;